sábado, 6 de junio de 2009

Casper


Dibujaron los fantasmas un mar

teñido en su fondo del negro,

que, sin apenas ser descubierto,

logró posarse en mi interior

apartando, violento, el resplandor

del azul pintado del cielo.


Sonrisas que destruyen voluntades,

rompiendo este empezar de cero.

Melodías que evocan días extraños,

inocencias infantiles desde un cerro.


Dádivas del pensamiento que asoman

con los luceros, y se esfuman a la aurora,

sintiendo que el pecho doma

a la mayor parte de su cuerpo.


Porque volvieron los fantasmas y con ellos

mis espectros, quisiera pedir perdón

por si este estúpido Casper

revela el peor de mis secretos

y te abate el corazón.

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