domingo, 28 de marzo de 2010

A Miguel Hernández (10 de septiembre de 1910 - 28 de marzo de 1942)

De un poeta humilde y luchador de Orihuela
nació el verso del pueblo,
el que narra las historias
de un muchacho frente al huerto.
A Miguel, poeta, padre y compañero
que supo escribir libertad
pese a heridas en su cuerpo,
hoy le quiero dedicar
el poema que no tengo,
que destile la verdad,
que sea puro sentimiento.

Ausencia, guerra, hambre, miedo,
muerte, desampara, cebolla, sufrimiento...
pudiste sobrevivir a su encuentro
y elevarte por encima
de quien quiso verte muerto,
pues "Perico", "El rayo", "Ausencias"
y entre muchos más "El viento"
habitan entre nosotros
y conforman tu recuerdo.

¡Qué grande fuiste Miguel
y qué pequeño es el cielo!
¿Te aguardó Ramón Sijé
tras honrarlo con tus versos?
¿Cómo encontraste la fe
entre aquel resentimiento,
para escapar de la pena,
para seguir sonriendo?

Nanas que inundan los ojos
de lágrimas escarchadas
por la piel de la cebolla
que alimentó tu esperanza.
Paredes ennegrecidas, que,
con odio, te encerraban.
Lágrimas enmudecidas
que minaron la distancia
entre su muerte y tu vida
Gritarle sin voz al cielo
y reventarlo a patadas
por la falta que te hacía.
Eliminar la cebolla
de tus noches, de sus días.
Quisiste ser un alma libre
y, tu alma, fue poesía.

¡Muerto está quien es tangible,
vivo quien es fantasía
en la mente del poeta
que en cien años no te olvida!

miércoles, 24 de marzo de 2010

Poesía II

Llama que al viento abrasa,
espalda al aire que quema.
Sonrisa de primavera,
puñales que me traspasan.

Arrollador juez que arrasa
a su paso impartiendo penas.
Insomnio que me desvela,
crueldad del tiempo que pasa.

Epicentro de mi casa,
terremoto de mis venas.
Razón alada y morena
de estos aires de esperanza.

Cielo azul que me chispea,
mano que mece mi masa.
Brisa ardiente que descansa
en un corazón que vuela
entre el parque y la alameda
esperando su llegada.

Eso eres tú, poesía,
sustento de esta muchacha
que va soñando de día
y que en la noche te alcanza.

sábado, 20 de marzo de 2010

Sentimiento primitivo

Vienes a mí, sentimiento primitivo,
te acercas, tiemblas, te mueves,
desordenas mis sentidos
y los dirijes a ti.
Ya no te imploro que esperes,
vas y vienes sin permiso...
No te apetece morir
por voluntad de tus dueños.
Gasto miles de pañuelos
desde que vives en mí.
"¡Libérame, carcelero!"
tantas veces repetí...
Y ahora si no estás, te espero,
pues me apetece sufrir.
Haz de mí gotas de sangre,
maldito sentimiento,
bien sabes
que tu principio es mi fin.
Sólo el camino hará polvo
del peregrino que fui,
y tú te desharás
sin dejar huella...
¿existe Amor sin existir?.

martes, 16 de marzo de 2010

Muchachita

La brisa que pasa
le esparce el cabello
sobre la cara.
La muchacha corre
tras un tren que se escapa,
que huye a nuevos horizontes.

"Adiós amor mío"- susurraba.
Las lágrimas mojan su pelo
y humedecieron la carta.
En ella entrega su cuerpo,
y una parte de su alma
llorosa le escupe al cielo:
"Devuélveme lo que es mío,
gran canalla, nunca pensé
que existieras; ¿y ahora vas
y me arrebatas lo que jamás
he tenido?. Rezaré para que mueras,
desearás no haber nacido"

Grito que estalla sordo entre lágrimas.
Sólo que un tren se vaya
transforma el más inocente amor
en colerizado odio,
y el viento dulce
en ráfagas de huracán descontroladas.

La muchachita se va
mientras revienta a patadas
tristes restos de un romance
que se han ido con la brisa.

¡Qué tristeza es ser la rata
que se arrastra en estaciones
tras la carroña insensata!.
El amor se va con prisas,
llega el odio a acompañarla.

Impetuosa muchachita
que maldice lo que quiso
por sentirse rechazada.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Son tus ojos

Me topé con ellos, sin quererlo,
en una tarde gris de primavera.
Abril enmudeció ante la manera
que impactó tu azul en mi cerebro.

Quisieron cabalgar como los dueños
de las crines encrespadas
del rocín "Encantamiento".
Así, yo quedé encantada,
mientras tu azul, satisfecho,
delineaba las ansias
de esta muchacha de pueblo,
acostumbrada a las hachas,
habituada al desprecio
que iluminaba su cara
cuando obviaba tus intentos.

"Se han colado en mis entrañas,
han invadido mi cuerpo...
¿qué harán de mí ahora
los azules embusteros?"

Quizá me arrojen al rojo
paraíso en los infiernos...
mas hoy anhelo mirarlos
y no ceso de escribirlos:
"son azules, turquesa, verdosos,
cian tal vez...son tus ojos".

sábado, 6 de marzo de 2010

Sin argumentos

¿Qué nos une?
Algo hermoso e inexplicable.
Una sonrisa exenta
de destino,
un suspiro a media noche.
una mirada infinita...
un dolor inacabable.
Tu habitación en penumbra
irradiando ilusiones,
como el sol de la mañana
que impide ver en la luna
las más perversas pasiones.
La esperanza que me acuna
dibujándote en mis sueños.
Los momentos de locura,
un amor sin argumentos...
eso es lo que nos une.

martes, 2 de marzo de 2010

Convergentes

Indudablemente, nuestras líneas
convergen en un punto invisible
de momentos compartidos
que se antojan imposibles.

Sí, nos separan fobias y filias:
mientras bailo en las llanuras,
tú, paseas en las orillas.
Yo acaricio la locura
con la punta de mis dedos
cuando bailo.
Tú, sientes en el mar,
a solas,
y ante el mundo eres discreto.
Hoy concluyo que aquel beso
fue una simple torcedura
en tu tobillo izquierdo.
Sonrió el sol a la luna
y acordaron lo que es nuestro:
Que tú parezcas el sabio,
el que se sabe hombre entero
y de una sola pieza,
bondadoso y sin defectos.
Que yo sea la parte oscura,
la que esconde los secretos
de las fichas que conforman
el tablero de mis juegos.

Tú sabes, como yo sé, por mis culpas,
que no eres tan perfecto.
¿Recuerdas el punto que agrupa
nuestras líneas en mis versos?
Ni yo soy la única loca,
ni tú eres hombre bueno.