sábado, 26 de junio de 2010

Lluvia

El llanto de las nubes esparce en las aceras
un húmedo recuerdo llamado Soledad
que se cuela entre mis venas.

Nubes que llegan volando,
que chocan impetuosas
unas con otras
y el llanto
de nubes que te recuerdan.
En definitiva, un cielo gris
es quien marca mi existencia

allá donde estés,
en el oscuro páramo de la decepción y el desencanto,
en un rincón volátil de tu pensamiento innato,
allá donde estés...yo te acompaño
(por mucho que esta lluvia empape
la cabeza que está al raso
y ante la adversidad se cubre).

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