miércoles, 29 de septiembre de 2010

Madrid (una ciudad invivible pero insustituible, como dijo el maestro Sabina)

Al alba me iré, sin dejar rastro
en la fría mañana que amanece.
Será entonces,
cuando la estación de tren
reclame mi regreso a voces...

Madrid, somnolienta,
esconde sus párpados del sol.
La ciudad y el bullicio se despiertan
pero el sueño infecta incluso
al más madrugador.
Y así voy yo;
rompiendo los costados de la luna
con mis penas.
Remendando los jirones de las nubes.
Siendo poeta
a la sombra del madroño.

Y mientras mi tren parta,
oculta en mi equipaje,
empujando en los andenes,
aún cubierta de legañas
y bostezos,
Madrid y su aroma
murmurarán entre dientes:
"No te vayas".

4 comentarios:

  1. precioso poema. Supongo qu entre andenes y andenes mañaneros de legañas, nos hemos curzado alguna vez por las estaciones de Madrid.
    Precioso leerte como siempre. Un saludo de tu amigo falsario.

    www.falsario.org

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  2. de madrid nada, que tu eres de extremadura ajaja
    muy bonita inspiración en Sabina ^^

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