domingo, 1 de noviembre de 2009

Recuerdos de Infancia

Taciturno dirige la vista a la ventana.
Árboles al otro lado se dibujan.
"Verde la copa pintaba de niño,
solía soñar con dragones y brujas.
Me nombraba a mí mismo caballero
al memorizar afluentes del Río Miño.
Me esperaban la princesa y la armadura
cuando en ese momento justo despertaba.
Recorría las calles, y a pedradas,
transcurrían riñas y jornadas.
La estatura, motivo de burla
para áquel que los buzones no alcanzaba.
Aburrimiento soberano en las mañanas
en que el maestro, con aire autoritario,
Mandabános leer libros de historia.
Y los niños jugaban, tan contentos,
con sus canicas a la hora del patio
mientras las niñas, inocentes, saltaban a la comba.
Las mirábamos con desprecio,
¡eran tan frágiles, tan lloricas
que ningún Don Juan las aguardaba
a la salida del colegio!.
Luego pasaron los días, los meses, la baladas...
las niñas fueron creciendo, los niños fuimos muchachos.
Intercambiábamos guiños, sonreíamos a las rejas.
Algunos se enamoraron. Entonces llegó ella.
Caprichosa su mirada, me rehuía,
me evitaba. Yo esperaba cualquier día
verla pasar a mi lado.
Tímido como era, me atreví...
¡rocé su mano!.
Aún hoy, la marca de esa arpía
reside en mi palma y mi mejilla.
Tal fue la boftada, que frente al espejo
me hice prometer que jamás las amaría.
Y no cumplí mi palabra: ¡quise a una cada día!.
Amigos y pandillas que no se despidieron...
éramos un poco hombres, bastante necios.
íbamos detrás de cada falda
y, en ocasiones, detrás de un monedero.
Las bicis nos acompañaban en las juergas
junto al río. Descubrimos el placer en solitario.
Ya no había lugar para las brujas,
los reyes no venían en dromedario.
Perdimos la ilusión y los regalos...
poco a poco dejamos el colegio.
Unos de aprendiz, otros de esclavos.
Alguno incluso ejercía de maestro.
Seguimos manteniendo el contacto,
de vez en cuando nos vimos....
Sin embargo, pronto nos dimos cuenta...
¡dejamos de ser críos!"
Vuelve la vista al frente,
anuda una corbata, de negro.
Hoy ha muerto su Infancia:
"Vámonos al cementerio".

2 comentarios:

  1. La infancia no muere, sencillamente se transforma como una crisálida en lo que nosotros queramos que sea y los recuerdos son parte de los colores que decorarán tus alas.

    Un placer leerte y visitarte

    Gracias

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  2. Un poema muy sentido.. al leerte.. me quedo en silencio.. para descubrir el alma de los de siempre.. los nuestros..

    Excelente


    Un abrazo
    Saludos fraternos...

    Que tengas una muy buena semana..

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