lunes, 16 de noviembre de 2009

Elegía

Hoy pretendo adueñarme de la historia de una muchacha a la que no conocí, pero a la que todos recuerdan con tristeza en ocasiones y con una sonrisa en otras. Puede que del dolor de aquellos naciera el mío y de él esta creación. En cualquier caso, esto va dedicado a ti, desde aquel sufrimiento que me relataron...

Allá, a lo lejos, donde era y mar se unan
brillará entre los olivos una luz en la penumbra.

Una vela que se enciende, un epitafio que llora.
Te has marchado, amiga mía, triste hoy
entre las sombras vago sin consuelo.
Sin levantar la mirada miro al suelo,
lo encharco de lágrimas amargas.
Y se me parte el alma entre los ojos.
Tu imagen me envuelve en cada esquina,
te has marchado temprano, amiga mía.
Hoy ni mi sangre estalla en rojo,
pues se ha teñido del color de tu partida,
negro, como el amanecer que te encontraron
sin la vida. Recuerdos se agrupan, me hipnotizan...
la infancia pasaba entre tus manos,
se resbalaba el filo en tu cuchilla,
se reflejaba en tu rostro y en tu llanto.
Y ya no sé si dirigirme al cielo
y desahogar con él toda mi culpa.
No estuve ahí, no te he salvado
de los demonios que te convencieron
a enamorarte de la muerte y te vencieron.
Hoy, en mi corazón, una espina punzante
se ha clavado por tu muerte.
Y, aunque sigo viva, por el dolor yazco inerte
entre las cuatro paredes de esta habitación.
¡Ay! Si pudiera devolverte a la vida,
recuperarte con cada letra que escriba,
podría mirarte a los ojos....
y recitarte esta elegía.

3 comentarios:

  1. y a mi me decis filosofica querida pero tenes una palabras hermosisimas, si tenes la edad que tenes seras una gran poetiza segui adelante y te seguire siermpe vale
    un besito

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  2. Los recuerdos de los eres que amamos y que ya no están con nosotros.. muy sentido tu poema..


    Un abrazo
    Con mis
    Saludos fraternos

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  3. pero si has empezado con prosa y todoo!!q fuertee chataaa!!

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