A G.H
Breves en mí, eternos en el resto;
esquivos, tal vez, a mis desvelos.
Complacientes al mundo tus pupilas,
rencorosas y malvadas en las mías.
Bajan ellos y sube la marea
con matices turquesas en su fondo.
Mas el verde domina en la cadencia,
arrastrando las rocas de mis ojos.
Dame su tiempo, efímero o perpetuo,
para que encierre en ellos la certeza
de un amor que escape a la cordura
y sea como tú, triste y risueño.
Que tus ojos me miren... y me vean,
y que se olvide de ellos la premura.
Bueno bueno bueno, ¡qué envidia!
ResponderEliminarcómo te inspira la susodicha...
y he de admitir, que me da pelusilla
pero, ya sabes como soy, me haré la digna
XD
Como sube la marea en tu poesía amiga..
ResponderEliminarMe encanto..
Un abrazo
Saludos fraternos....
Que disfrutes del fin de semana..