El llanto de las nubes esparce en las aceras
un húmedo recuerdo llamado Soledad
que se cuela entre mis venas.
Nubes que llegan volando,
que chocan impetuosas
unas con otras
y el llanto
de nubes que te recuerdan.
En definitiva, un cielo gris
es quien marca mi existencia
allá donde estés,
en el oscuro páramo de la decepción y el desencanto,
en un rincón volátil de tu pensamiento innato,
allá donde estés...yo te acompaño
(por mucho que esta lluvia empape
la cabeza que está al raso
y ante la adversidad se cubre).
Uooo! Tú tb empiezas a notar el verano, ¿eh? ;-)
ResponderEliminarPor cierto, a ver si tú me comentas.
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